El paisaje de las comarcas del interior de Castellón, está jalonado de construcciones de piedra en seco.
Esta técnica ancestral, tradicionalmente empleada en el medio rural, utiliza como único material la piedra, elemento abundante en estas zonas, sabiamente encajadas para crear estructuras que se utilizan para cobijarse, como las casetas o barracas, dividir territorios con muros de delimitación, muros de contención para los bancales, norias y pozos para el riego, vías pecuarias para transitar el ganado en la trashumancia, o neveras para conservar el hielo, entre otros.
Estas construcciones perduran en el tiempo, conformando un paisaje muy característico de la Comunitat Valènciana.